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Humedales

Cartas documento al Gobernador Scioli

Del Viso. 3/2/08  Al Gobernador de la Provincia de Buneos Aires Alberto Scioli acerco mención de problemas de áreas endorreicas, humedales, excavaciones y rellenos, salidas de tributarios, emisarios, flujos, sedimentaciones y riberas bastardeadas, que tal vez aprecie su conciencia, oportunamente recordar.

1.- Desastre geológico en Sanborombón provocado por las salidas de los canales obrados por el hombre durante décadas; 

2.- Amenaza de desguace de millones de hectáreas endorreicas provinciales;

3.- Multiplicación de estanques sin sustentabilidad hidrológica ni flujos, en los humedales del Luján y Reconquista para generar rellenos; sin Resoluciones Hidráulicas, ni autoridades municipales responsables capaces de detener la multiplicación de obranzas, ni haber propuesta de cómo evitar la polución infiltrada en ellos y de ellos al inmediato acuífero;

4.- Disociaciones térmica e hidroquímica que impiden la salida del Aliviador al Luján; y este a su vez frenado por el Vinculación; sumado a los bastardeos en todas las riberas del Luján provocando  caos hidrológico incomparable, nunca evaluado por autoridad, ni academia alguna;

5.- Boca contra Natura del Riachuelo abierta hace 222 años impidiéndole toda salida; y a su vez, sus aguas polucionadas sin dispersión alguna y disociadas en términos incalificables. Cegueras históricas y fácticas haciendo imposible siquiera imaginar plan alguno, sustentable en la más mínima sinceridad y seriedad;

6.- Dodecuplicación a 4 Kms, del ancho natural que correspondería sostuviera la deriva natural en la costa urbana de los municipios de San Isidro y Vicente López, promoviendo lixiviación de las sustancias que arrojan decenas de vertederos en sus riberas. Ancho natural de 150 a 180 mts perdido,  al tiempo de perder el corredor natural de flujos costaneros que le acercaría límites, el sostén de las energías hidrodinámicas del Luján,  mortificadas por todo tipo de bastardeos en sus riberas; adicionalmente desviadas a su salida al estuario;

7.- Caos en la salida del Paraná Miní y Correntoso, promoviendo grandes áreas de hidrotermias, modificando regímenes sedimentarios,y así descubriendo desarrollos sedimentarios nunca antes imaginados y alterando y desviando flujos a los corredores del vecino.

8.- Múltiples salidas en las islas Lucha, Nutria y vecinas sin nombre, de un emisario de hidrocarburos, activo durante estimables largas cuatro décadas, polutando sin remedio de biodegradación las aguas estuariales y floculando mantos sedimentarios incalificables en decenas de kilómetros de riberas deltarias;

9.- Similares situaciones a la salida del Riachuelo; con vertidos directos de hidrocarburos en el frente estuarial del Dock Sud, con ascensos de flujos debidos a deriva litoral que los remontan 14 Kms al Norte, para verlos embocar en las tomas de agua de Palermo;

10.- Vuelcos de dragados de una draga de arrastre que suple los de la draga de corte perdida de Hidrovía, en un incendio mientras trabajaba en Centroamérica; que de acuerdo al plan Hallcrow debía refularlos al Este del canal Emilio Mitre y ahora se vuelcan a la altura del Km 26 de salida, sin consideración a los perjuicios que a los canales naturales provocan desde hace 6 años estos nuevos destinos, pues las evaluaciones batimétricas de Hidrovía no acreditan sinceridad alguna en cuanto al lugar donde son estimables sus destinos finales;

11.- Abandono de todos los cuidados que caben al tratado del Río de la Plata respecto de los flujos;

12.- Falta de reconocimiento de que tanto la cuenca Matanzas Riachuelo, como la del Reconquista han devenido prácticamente cuencas endorreicas;

13.- Falta de reconocimiento de cómo operan las derivas litorales, motivadas por ataduras a un viejo catecismo universal que hace la vista gorda al “calor, transferencia de masa y termodinámica que caben a sus miradas;

14.- Ignorancia completa de cómo alcanzan salida las aguas tributarias, que con sólo mecánica de fluidos nunca alcanzarán a superar.

15.- Imprevisión de los destinos y localizaciones posibles del futuro puerto de Buenos Aires.

16.- Imprevisión hidrológica del área de aprox. 80 Km2 entre el Emilo Mitre y la costa provincial al Norte de Núñez. que ha quedado asfixiando sus ya  paupérrimos  flujos;

17.- Modeladores matemáticos y consultores privados que operan con respaldo de un laboratorio de flujos que no está preparado para incorporar calor, transferencia de masa y procesos termodinámicos con inclusión de capas límite térmica e hidroquímica.

18.- Laboratorio obsoleto para todo lo que aquí se denuncia.

19.- Institutos nacionales prisioneros de todo lo imaginable, a pesar de contar con calificadas vocaciones a su servicio.

20.- Abandono por parte de la Subsecretaría de Puertos y Vías Navegables de la Nación de su competencia exclusiva para demarcar las líneas de ribera de los cursos de agua navegables, por abusos sin control provincial de los 4 municipios que conocieron la liberación de sus playas y riberas a través del decreto 1980/77, provocando inefable caos hidrológico;

21.- Olvido para acreditar a alguna institución concreta la responsabilidad de los cuidados que surgen de la ley 25688 de presupuestos mínimos sobre Régimen Ambiental de Aguas, que hace referencia a la materia “flujos”.

Ref. personales: http://www.amoralhuerto.com.ar  Ref. Ambientales: http://www.alestuariodelplata.com.ar . http://www.humedal.com.ar http://www.lineaderiberaurbana.com.ar  . http://www.delriolujan.com.ar 

Con aprecio a  sus buenas intenciones  le saluda atte. Francisco Javier de Amorrortu

 

CD918334936

Del Viso. 3/5/08 Al Gobernador de la Prov. de Bs. As. Alberto Scioli con extensión a mi carta doc del 3/2/08.

La liberación de playas y riberas en los municipios de Tigre, San Fernando, San Isidro y Vicente López por decreto 1980/77 firmado por un marino a cargo de Turismo, trajo aparejado un festival de atropellos a las líneas de ribera urbanas y una esclerosis múltiple del sistema hídrico que tiene asfixiados sus escurrimientos por el Luján, sin retorno.

La gravedad de estos compromisos jamás atendidos en estos 30 años por Puertos y Vías navegables de la Nación, ni por las laxas Autoridad del Agua y subsecretaría de Urbanismo Provincial, ni por el Instituto Nacional del Agua, justifican esta comunicación solicitando mirada responsable para todas las riberas, sus flujos y humedales inmediatos.

En particular, aquellas que están siendo promovidas por mercaderes de suelo, que viniendo cebados del Tigre, desconocen aun despúes de 30 años que Escobar y Pilar deben cumplir con la ley 8912 y no son parte de la fiesta criminal irreversible que habilitó ese irresponsable decreto.

El Aliviador del Reconquista, reclamando del Luján salida al estuario, literalmente bloqueado y sus aguas térmica e hidroquímicamente disociadas, no logran analizarse con mecánica de fluídos en pendientes de 2 cm por Km.

¿Cuándo empezarán a ser considerados como corredores termodinámicos, sumando consideraciones a calor, transferencia de masa sedimentaria y termodinámica?

Una ribera de las llamadas “blandas”, con perfiles transversales suaves y poco profundos antes de alcanzar el lecho del corredor natural de flujos costaneros, cumple la función de acumular energía térmica cuya transferencia será la base que alimente el proceso convectivo interno, su dirección y la base económica del gasto que reclamará oportuna la convección externa para su traslado a otros corredores de flujo.

Las costas que en estos 4 municipios han ganado avance sobre las riberas, no sólo deshauciaron la porción blanda con avances en tablestacados, sino que obligaron al estrangulado Luján a compensar la pérdida de su ancho original, llevando la profundidad del lecho a los 8 m en su salida al estuario, cuando por siglos había sido sólo de 3.

Esta novedad a la salida del Náutico San Isidro trajo como correlato la más profunda inserción de las temperaturas propias de la advección mareal y la conformación de un tapón térmico que favorece la hipersincronicidad mareal que tampoco aparece considerada en los capítulos de mecánica de fluídos.

Cuando vemos que el Luján poco antes de su encuentro con el Canal Arias reconoce unos 40 mts aprox de ancho, y el Aliviador del Reconquista poco antes de su encuentro con el anterior unos 70 mts, y el Caraguatá se aproxima también a los 40 mts, nos preguntamos, más alla de la bruta disociación molecular que impide la salida del Aliviador al Luján, cómo es posible que a los 450 mts del Aliviador el Luján se estreche a tan sólo 50 m, y en vecindades del Sarmiento a tan sólo 60 m y frente al Parque de la Costa otro tanto y así en numerosos cuellos de botella provocados por obranzas contra natura y su criaturas a las que presumen favorecer.

Imaginemos los anchos y caudales del Carapachay, Sarmiento, Vinculación, Tigre, Reconquista y tantos otros menores sumados y veamos con qué herramienta de mecánica de fluidos se supera la esclerosis terminal de un curso que  reconocía anchos de salida frente al Naútico Sudeste de 500 mts y hoy ve reducido a tan sólo 220.

Nadie está preparado para que se haga agua la fiesta, pero ya es hora de comenzar a reconocer que nuestras riberas son materia que jamás han pisado umbrales en Arquitectura, ni en Urbanismo.

Los cadáveres de salida de los tributarios del Luján y del propio Luján están a la vista del que los quiera ver y hoy aprendemos sobre ese cadáver.

Cadáveres similares los hay por doquier: salida del Miní al estuario, Bajos del Temor, Punta Morán, isla Lucha, isla Nutria y vecinas; humedales del Reconquista, humedales del Luján, idílicos estanques en urbanizaciones de lujo que contaban con su prometida sustentabilidad hidrológica hoy transformados en un infierno de  polución como el Riachuelo, todo el rincón de flujos moribundos que media entre el Emilio Mitre y la ribera de San Isidro y Vicente López, toda la ribera urbana capitalina, todo el Dock Sud y las aguas del Matanzas contenidas en nada confesadas áreas endorreicas, la bicentenaria "desgracia" de salida del Riachuelo jamás confesada, lo que sigue hasta la Punta Lara, las más irresponsables calamidades que esperan a la publicitada Costa del Plata en Quilmes y Avellaneda, las erosiones de las playas atlánticas sin remedio y cada vez sosteniendo soluciones más erradas, son lista de  no acabar.

Acrediten a alguien la responsabilidad de los cuidados de la ley 25.688 de presupuestos mínimos sobre Régimen Ambiental de Aguas, que hace referencia en su art. 5° a la materia “flujos” y a la sustentabilidad de las cuencas hídricas.

Olviden las costas. Miren los humedales, los flujos y las riberas.

http://www.lineaderibera.com.ar. . http://www.humedal.com.ar

http://www.alestuariodelplata.com.ar    . http://www.delriolujan.com.ar

Con aprecio a demandas judiciales, a su gravedad, a sus urgencias, y a  más sinceras  intenciones,  le saluda atte. Francisco Javier de Amorrortu 

 

A la Sociedad Central de Arquitectos

La liberación de playas y riberas en los municipios de Tigre, San Fernando, San Isidro y Vicente López por decreto 1980/77 firmado por un contralmirante a cargo de la oficina de Turismo ha traído aparejado un festival de atropellos a las líneas de ribera y una esclerosis múltiple del sistema hídrico que tiene comprometido sus escurrimientos por el río Luján, hoy sin retorno.

Cabe imaginar que tantos y tan graves compromisos no merecen quedar acotados en esta breve nota y por ello sugiero atender extendidas consideraciones por http://www.delriolujan.com.ar  http://www.alestuariodelplata.com.ar   http://www.humedal.com.ar   http://www.lineaderibera.com.ar . . http://www.paisajeprotegido.com.ar

La gravedad de estos compromisos jamás atendidos en estos 30 años por la subsecretaría de Puertos y vías navegables de la Nación, a cargo de las demarcaciones de línea de ribera; ni por el Instituto Nacional del Agua, ni por los institutos académicos, ni por las sociedades profesionales de ningún área, merecen ser comunicados para que los aprecios que tantos descubren por las costas, tengan correlato responsable en los aprecios que merecen los humedales, las riberas y los flujos inmediatos.

Cuando observamos que un tributario como el Aliviador del Reconquista, que reclama del Luján para que oficie su salida al estuario, está literalmente bloqueado y sus aguas térmica e hidroquímicamente disociadas, comenzamos a ilustrarnos y preguntarnos qué roll cumple la mecánica de fluídos en esos desencuentros de dos cursos de agua que apenas reconocen pendiente de 2 cm por kilómetro.

¿Es entonces la mecánica de fluídos la ventana por donde mirar estas cuestiones; o cabrá comenzar a imaginar que estos corredores hidrodinámicos merecen también ser mucho mejor  considerados como corredores termodinámicos?

Y si así fuera, ¿quién se ha ocupado de ello? ¿Quién ha pensado que mecánica de fluídos en estos cursos merece ir acompañada de consideraciones a calor, transferencia de masa sedimentaria y termodinámica.

Nadie.

Debemos entonces comenzar por violar si se quiere, esa página del catecismo universal de mecánica de fluidos que ha oficiado de guía a todos los ingenieros hidráulicos del planeta, con obediencia ciega, durante siglos. Y menuda tarea nos espera.

Recientemente tuve oportunidad de conocer los aprecios que regalan al Dr. Ronald Watermann por sus llamadas “costas blandas”. Y más allá de que proponen hacer economías en murallones, escolleras y cosas por el estilo que siempre fueron  orgullo y placer de tantos paisajes construídos, en ningún momento alcancé conceptualización que explicara esas invitaciones a nuevas formas de prudencia.

Por ello tuve que arreglármelas para alcanzar primaria consistencia en imágenes que mostraran algunos de nuestros problemas y luego tratar de encontrar las herramientas conceptuales que explicaran, tanto los desvíos de los procesos naturales, como la importancia de sus respetos.

Hube de recalar en los cordones litorales como expresión, una de las más antiguas que asisten las salidas tributarias en todos los estuarios del planeta y son responsables de grandes acreencias territoriales, sin que la mano del hombre haya participado en ellas.

Al observar en detalle estos milenarios cordones cuyas huellas aparecen muy claras en nuestras riberas bonaerenses, desde Campana hasta Mar Chiquita en cercanías de Mar del Plata, y más al Sur hasta Bahía Blanca, y todas las salidas tributarias de la costa estuarial uruguaya incluídas, no alcancé a conciliar las exlicaciones de la ola oblicua como determinantes de la deriva litoral y esta a su vez, de la formación de los cordones de borde cuspidado que tanto llaman, aun después de miles de años nuestra atención.

Este fue el punto de encuentro por donde ingresé a sospechar consideraciones de termodinámica para tratar de conceptualizar las intuiciones que mi imaginario regalaba.

Así hoy descubro que una ribera de las llamadas “blandas”, con perfiles transversales suaves y poco profundos antes de alcanzar el lecho del corredor natural de flujos costaneros, cumple la función de acumular esa energía térmica que luego será la base que alimente el proceso convectivo interno, su dirección y la base económica del gasto que reclamará oportuna la convección externa para su trasferencia a otros corredores de flujo.

Las costas que en estos cuatro municipios han ganado avance sobre las riberas, no sólo deshauciaron la porción blanda con avanzadas en tablestacados, sino que obligaron al estrangulado Luján a compensar la pérdida del 60 % de su ancho original, llevando la profundidad del lecho a los 8 metros en su salida al estuario, cuando por siglos había sido sólo de 3.

Esta novedad a la salida del Náutico San Isidro trajo como correlato la más profunda inserción de las temperaturas propias de la advección mareal y la conformación de un tapón térmico que favorece la hipersincronicidad mareal por capa límite térmica que tampoco aparece considerada en los capítulos de mecánica de fluídos.

Cuando vemos que el Luján poco antes de su encuentro con el Canal Arias reconoce unos 40 mts aprox de ancho, y el Aliviador del Reconquista poco antes de su encuentro con el anterior unos 70 mts, y el Caraguatá se aproxima también a los 40 mts, nos preguntamos, más alla de la bruta disociación molecular que impide la salida del Aliviador al Luján, cómo es posible que a los 450 mts del Aliviador el Luján se estreche a tan sólo 50 metros, y en vecindades del Sarmiento a tan sólo 60 metros y frente al Parque de la costa otro tanto y así en numerosos cuellos de botella provocados por obranzas contra natura y su criaturas a las que se presume favorecer.

Imaginemos los anchos y caudales del Carapachay, Sarmiento, Vinculación, Tigre, Reconquista y tantos otros menores sumados y veamos con qué herramienta de mecánica de fluidos se supera la esclerosis terminal de un curso que  reconocía anchos de salida frente al Naútico Sudeste de 500 mts y hoy ve reducido a tan sólo 220.

Estas materias deberían interesar a unos más que a otros, pero ¿vale la pena ser los últimos en acercarnos a ellas si nuestro entendimiento enciende una luz de alerta?

Mucha tristeza me alcanzó cuando vi que un querido maestro ganaba un reconocimiento en San Fernando por su propuesta para el paseo costanero del municipio de San fernando que a esta altura debería estar sumergido en la atención de esta mortal esclerosis;

y entonces advierto que da lo mismo por dónde se empieza, pues todos tienen mucha conciencia que aportar antes de entregar premios que ninguna historia apreciará.

Nadie está preparado para que se haga agua la fiesta; pero ya es hora de comenzar a reconocer que nuestras riberas son materia que jamás han pisado umbrales en Arquitectura y es hora tardía para que lo sea.

Los cadáveres de salida de los tributarios del Luján y del propio Luján están a la vista del que los quiera ver y hoy aprenderemos sobre ese cadáver.

Cadáveres similares los hay por doquier: salida del Miní al estuario, Bajos del Temor, Punta Morán, isla Lucha, isla Nutria y vecinas; humedales del Reconquista, humedales del Luján, idílicos estanques en urbanizaciones de lujo que contaban con el seductor marketing de su prometida sustentabilidad hidrológica hoy transformados en un infierno que compite en polución con el Riachuelo, todo el rincón de flujos moribundos que media entre el Emilio Mitre y la ribera de San Isidro y Vte. López, toda la ribera urbana capitalina, todo el Dock Sud y las aguas del Matanzas contenidas hoy en nada confesadas áreas endorreicas, la bicentenaria desgracia de la salida del Riachuelo nunca confesada, lo que sigue hasta la Punta Lara, las más irresponsables e inimaginables calamidades que esperan a la publicitada Costa del Plata en Quilmes y Avellaneda, las erosiones de las playas atlánticas sin remedio y cada vez sosteniendo soluciones más erradas, son lista de no acabar si se quiere dejar como tarea para mirar de costado esperando que otro empiece a educar.

La Universidad tiene una libertad que no tiene el INA, aunque este tenga profesionales especializados. La Sociedad Central también merece imaginársela en libertad y generando de ella, responsabilidad.

Francisco Javier de Amorrortu